
El joven Abel quién sufriese un ahogo en un entrenamiento, luego de hacerse los estudios pertinentes podrá volver a entrenar. Esto llena de confianza a quién intentará volver al estadio a dar lo mejor de sí. Su rendimiento no se sabe si será el mismo que antes del inconveniente, solo hará falta verlo para ver si quedaron secuelas del ahogo.
Los estudios realizados en Monte Carlo y en Monza llegarán a nuestro país y serán revisados por nuestro amigo el Dr Rienzi. Esos estudios vendrán en mano de Abel Hernandez el joven con corazón de oro y huevos de acero. Seguramente en su vuelta a la cancha la gente lo ovacionará y como dice el título lo alentará desde el corazón. Porque a pesar de todo lo que yo tenga para decir de la barra brava en el fondo son personas con sentimientos. Si en el fondo son personas con sentimientos ¿por qué estamos en el frente?
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