Sinceramente y tal vez por mi exceso de ingenuidad creí que eso salía de sus atrofiados cerebros y/o de sus vacíos corazones, pero no tengo ningún problema en admitir mi error. No tienen ni cerebro ni tienen corazones al igual que muchos barras bravas, que se han convertido en plaga para nuestro querido fútbol uruguayo. Hoy a la salida del partido entre Nacional vs Cerro, mi admiración se transformo en desilusión.
Según informa El País en su edición digital: "Una vez finalizado el partido, se registraron incidentes de violencia en la salida de la tribuna Colombes, donde estaba alojada la parcialidad de Cerro". La policía en su intento de cubrirse declaró lo siguiente: "no ocurrió nada fuera de lo normal".

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